Kursaal: Palacio de congresos y auditorio

Paseando por la costa donostiarra nos podemos encontrar varios edificios emblemáticos como el Ayuntamiento, el Real Club Náutico y el Palacio Miramar en la Bahía de La Concha, pero también, en la playa de La Zurriola, el Palacio de Congresos y Auditorio Kursaal junto al río Urumea.

Historia de Kursaal: un gran casino

Este edificio de Rafael Moneo se inauguró en 1999 en el mismo lugar en el que se encontraba el Gran Casino Kursaal, de ahí su nombre.

El actual Kursaal sustituye, de algún modo, a aquel casino inaugurado en 1921 y que había sido demolido en 1973 tras varias décadas de uso inapropiado que lo había dejado en un estado bastante lamentable. Y si bien la demolición del edificio anterior tuvo mucha polémica, la construcción del nuevo tuvo aún más. No solo porque el nuevo no tiene nada que ver con la arquitectura que lo rodea, también porque muchos donostiarras todavía recordaban el anterior y el nuevo era demasiado moderno, demasiado grande y demasiado diferente a lo que estábamos acostumbrados en San Sebastián.

El Gran Casino Kursaal, también conocido como el Antiguo Kursaal.

Kursaal: epicentro cultural

Pero controversias aparte, el Kursaal es un buen edificio que sirve su propósito a la perfección como palacio de congresos y auditorio.

En él se celebran el Festival Internacional de Cine de San Sebastián o Zinemaldi, el Festival Internacional de Jazz o Jazzaldi y la Gastronomika, uno de los congresos de gastronomía más importantes del mundo; además de conciertos, congresos, convenciones y espectáculos de danza, entro otros. No hay semana en la que no haya algo en el Kursaal o en sus terrazas que miran a la playa de La Zurriola. En estas terrazas de hecho, paramos muchas veces hacia el final de nuestro Tour Clásico en Bicicleta Eléctrica.

Los Cubos del Kursaal o de Moneo, así se llama el edificio, son dos cubos de cristal que asemejan a dos rocas varadas en la playa de La Zurriola. Su inspiración se encuentra justo al lado, y es que junto al Kursaal se encuentra el rompeolas que protege la playa de las grandes olas que a veces golpean la costa donostiarra.

El rompeolas está formado por enormes cubos de piedra, algunos de los cuales ha caído sobre la arena, asemejando el edificio todavía más a la realidad.

Y si bien a mucha gente de San Sebastián sigue sin gustarle el Kursaal después de tanto tiempo, sobre todo a aquellos que conocieron el anterior, cuando se ilumina por la noche algunos cambian de parecer. También hay más aceptación cuando la fachada que da al río Urumea se usa de pantalla.

En ocasiones como el Zinemaldi, el día de San Sebastián o Navidad, esta fachada se ilumina con el logo del festival, la bandera de la ciudad o colores en movimiento, haciéndolo más aceptable para algunos ciudadanos.

El Kursaal iluminado con la bandera arcoíris durante el día del Orgullo LGTBIQ+.

En cuanto al nombre, ya hemos comentado que el Kursaal se llama así por el edificio anterior. Kursaal significa literalmente «sala de curas» y en los balnearios decimonónicos de Centroeuropa, el kursaal era un edificio multiusos que contenía salones de baile, salones de juego, restaurantes… es decir, era el centro de la vida social. Así, pronto edificios con usos similares del resto de Europa adoptaron este nombre, y es así como llegó a San Sebastián en 1921 y ha permanecido desde entonces. De hecho, el pequeño casino de la calle Mayor en la Parte Vieja se llama así en la actualidad.

Con todo, podemos decir que el Palacio de Congresos y Auditorio Kursaal, a pesar de no tener el favor de muchos donostiarras y turistas, cumple con su función, y su programación es muy interesante. Podemos decir que al hacer tanto de palacio de congresos como de auditorio posee una gran polivalencia y pueden presentarte grandes ferias, convenciones y reuniones.

Si estás por Donosti algunos días, puede ser una buena idea echar un ojo a su agenda, ¡casi seguro que encontrarás algo que te llame la atención!